martes, 21 de julio de 2015

Juan Gimeno    Economistas sin Fronteras, escribe en un blog de economía, lo siguiente y creo que es importante porque estás son las medidas que hay que tomar para llegar a ese mundo en el que todos seamos libres. 

El viejo continente parece poco a poco romper el tabú de la renta básica y ya son varias las administraciones locales y nacionales, las que comienzan a apostar por una figura económica que fuera de las fronteras europeas ya ha registrado experiencias de éxito en la reducción de la pobreza y las desigualdades.


¿Qué tienen en común dos países como Suiza y Finlandia? ¿Y estos dos con la ciudad holandesa de Utrecht? Seguramente, más de lo que se podría pensar. Un ejemplo de ello son las noticias que se han conocido en las últimas semanas en relación con la implantación de una renta básica para sus ciudadanos.
  • En Suiza, un comité popular ha conseguido más de las 100.000 firmas necesarias para convocar el referendo con el que los suizos decidirán si se aprueba o no que cada ciudadano cobre una renta de 2.500 francos suizos al mes de forma incondicional y con independencia de que trabajen o no.
  • La ciudad de Utrecht va a poner en marcha, a finales de verano, un experimento para determinar si la sociedad puede funcionar introduciendo una renta básica universal.
  • El pasado 16 de junio, el gobierno finlandés de centro derecha ratificó formalmente su compromiso, que figuraba en su programa electoral, de "implementar una renta básica experimental".
Aunque en los dos últimos casos está presente el carácter “experimental” de la medida económica, la coincidencia de las tres noticias demuestra que se está perdiendo el miedo a plantear en serio la implantación de esa figura.
El 79% de la población finlandesa apoya la renta básica universal

En el caso de la ciudad holandesa, la cuarta más poblada de los Países Bajos con más de 330.000 habitantes, el experimento consistirá en el seguimiento de tres grupos: uno de control, que no tendrá cambio respecto a las normas actuales; otro con una renta básica sin requisitos y un tercero en el que sí se controlará esa renta.
Según las autoridades utrechtenses, menos del 1,5% abusan de los servicios sociales y debe estudiarse si no funcionará mejor un sistema basado en la confianza. En la actualidad, reconocen, los posibles beneficiarios se enfrentan a un bosque de sistemas de control y de normas burocráticas de dudoso resultado.
El gobierno de Finlandia recién elegido promete que todas las personas tendrán derecho a percibir una cantidad periódica que cubra las necesidades vitales sin que por ello deban realizar contraprestación alguna. Según los sondeos, el 79% de la población finlandesa apoya esta renta básica universal.
Es obvio que no cabe caer en la euforia. En el caso suizo se trata de una propuesta que no es fácil que resulte vencedora cuando se someta a votación. El carácter conservador y de coalición del gobierno finlandés aconseja ser precavidos hasta ver en qué acaba la propuesta y ver si no supone un detrimento del estado de bienestar. Y el experimento holandés puede quedar en un simple estudio universitario más, que venga a añadirse a las experiencias exitosas anteriores, sin que por ello los políticos se atrevan a dar el paso decisivo.

La renta básica en el resto del mundo

Entre 1974 y 1979, el pueblo canadiense de Dauphin experimentó la renta básica universal. Cada familia recibía una renta mínima mensual. La cantidad variaba entre unos casi simbólicos 100 dólares mensuales a unos 5.800 anuales para los que carecían de otros ingresos.
En Dauphin (Canadá) la renta variaba entre los 100 dólares mensuales y los 5.800 anuales

Se constató que la motivación para buscar y rendir del principal trabajador de la familia no disminuía. Las investigaciones también mostraron que los ciudadanos elegían con mayor libertad el trabajo que podían llevar a cabo. Sí hubo un pequeño descenso en la ocupación de los adolescentes y las madres de niños pequeños. Los primeros se veían liberados de la necesidad de apoyar económicamente a sus familias con lo que un mayor número de adolescentes terminó sus estudios. Entre otros efectos, se constató que se redujeron las visitas al médico, la salud mental de los ciudadanos mejoró y descendieron la violencia doméstica, los accidentes de coche y las hospitalizaciones psiquiátricas.
Por lo tanto, la medida no sólo no perjudicó el mercado laboral, sino que incrementó notoriamente el bienestar general de la población.
Conocemos también un experimento de puesta en marcha de una renta básica en la región Otjivero-Omitara de Namibia. En julio de 2007 se entregó una renta básica mensual de 100 dólares namibios a cada residente menor de 60 años. A finales de 2008, algunos de los resultados observados fueron los siguientes:
  • La pobreza se redujo del 76% al 16%.
  • La población (mayor de 15 años) involucrada en actividades económicas pasó del 44% al 55%, sobre todo por el inicio de pequeños negocios gracias al subsidio recibido.
  • La malnutrición infantil descendió del 42% al 10%.
  • Las tasas de absentismo escolar pasaron del 40% a prácticamente cero.
  • La delincuencia se redujo en tasas del orden del 42%, de acuerdo con datos de la policía local.
  • Se redujo la deuda media de los hogares en un 36%.
En Alaska, existe desde hace años un fondo procedente del capital que genera la explotación de minerales y petróleo en el Estado. Toda persona que reside legalmente en el estado durante un mínimo de 6 meses recibe un ingreso en función del rendimiento del fondo, del orden de los 2.000 euros anuales. Ninguna autoridad ha cuestionado sus virtudes, ni siquiera la conservadora gobernadora Sarah Palin. Nadie habla de efectos perversos de tal renta y Alaska es el segundo estado con menor desigualdad en los Estados Unidos, solo superado por Utah.
La renta básica supera los inconvenientes de los programas tradicionales de rentas mínimas: porque es incondicionada y automática, sin necesidad de solicitud ni aprobación previa; se recibe antes incluso de que aparezca la necesidad, evitando los retrasos de los sistemas vigentes que llegan a una media de doce meses; exige una gestión mínima frente al actual laberinto burocrático; es compatible con otros ingresos, por lo que elimina la trampa de la pobreza y los posibles incentivos a la economía sumergida; evita la estigmatización de la pobreza; y puede graduarse fácilmente, a posteriori, en función del nivel de renta (lo que permite también garantizar su viabilidad financiera).
Las noticias reseñadas al inicio parecen mostrar que el avance hacia la implantación de una renta básica es consistente. Con las ventajas descritas y las experiencias de aplicación disponibles tan favorables, la pregunta es ¿por qué no abandonamos los experimentos para pasar ya a su puesta en marcha? ¿Aparecerán políticos valientes, con capacidad de liderazgo para atreverse definitivamente a hacerlo?

sábado, 20 de junio de 2015

Esta charla nuestra lo que algunas personas están ya haciendo para un sistema mejor al capitalismo.


La esperada encíclica del papa Francisco denuncia la responsabilidad de las multinacionales en el calentamiento global y la inacción política al respecto.
El pontífice afirma que “el estilo de vida actual” es “insostenible”, denuncia el “mecanismo consumista compulsivo” que contribuye a la destrucción del planeta y aboga por hacer una “sana presión” contra quienes tienen “el poder político, económico y social”.
Estos son los 20 puntos más importantes de la encíclica “Laudato si” sobre medioambiente del papa Francisco:
1.- El papa pide “cambios profundos” en los estilos de vida, los modelos de producción y consumo y las estructuras de poder.
2.- Critica “el rechazo de los poderosos” y “la falta de interés de los demás” por el medio ambiente.
3.- Afirma que la Tierra “parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”.

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4.- El papa llama a “limitar al máximo el uso de recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar”.
5.- Se refiere a “una general indiferencia” ante el “trágico” aumento de migrantes “huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental”.
6.- Critica la privatización del agua, un derecho “humano básico, fundamental y universal” que “determina la supervivencia de las personas”.

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7.- Asegura que “los más graves efectos de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre” y habla de “una verdadera deuda ecológica” entre el Norte y el Sur”.
8.- Se refiere al “fracaso” de las cumbres mundiales sobre medio ambiente, en las que “el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común”.
9.- Apunta al “poder conectado con las finanzas” como el responsable de no prevenir y resolver las causas que originan nuevos conflictos.
10.- El papa cree necesario “recuperar los valores y los grandes fines arrasados por un desenfreno megalómano”.
11.- “Cuando no se reconoce (…) el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacidad, difícilmente se escucharán los gritos de la misma naturaleza”.
12.- Para el papa, “es una prioridad el acceso al trabajo por parte de todos”.
13.- Entiende que “a veces puede ser necesario poner límites a quienes tienen mayores recursos y poder financiero”.

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14.- Pide que las comunidades aborígenes se conviertan “en los principales interlocutores” del diálogo sobre medio ambiente.
15.- Critica la “lentitud” de la política y las empresas, que sitúa “lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales”.
16.- El papa cree que la “salvación de los bancos a toda costa (…) solo podrá generar nuevas crisis”.
17.- Critica que la crisis financiera de 2007-2008 no haya creado una nueva regulación que “llevara a repensar los criterios obsoletos que siguen rigiendo el mundo”.
18.- Asegura que las empresas “se desesperan por el rédito económico” y los políticos “por conservar o acrecentar el poder” y no por preservar el medio ambiente y cuidar a los más débiles.
19.- Cree que la solución requiere “educación en la responsabilidad ambiental, en la escuela, la familia, los medios de comunicación, la catequesis”.
20.- El papa anima a los cristianos a “ser protectores de la obra de Dios” porque “es parte esencial de una existencia virtuosa”.
Via: El siempre recomendado Diario Dinamo

sábado, 13 de junio de 2015

¡El neoliberalismo, estúpido!


Economistas Sin Fronteras
El diario
Este artículo refleja la opinión y es responsabilidad de su autor. Economistas sin Fronteras no necesariamente coincide con su contenido.



Prácticamente todos recordamos la frase original que el asesor de Bill Clinton, James Cerville, ideó para la campaña de las presidenciales de 1992: “La economía, estúpido”. Pues para explicar la corrupción que existe en nuestro país con este pequeño cambio en la frase es suficiente. El tipo de corrupción al que nos enfrentamos poco tiene que ver con la que nos mostraban en las series norteamericanas de los noventa. Funcionarios sudorosos en países latinoamericanos que cobraban pequeñas cantidades de dinero por hacer, o acelerar, algún procedimiento. El monstruo al que nos enfrentamos es mucho más grande y tiene que ver con la sustitución del Estado de Bienestar por el Neoliberal o Asistencial.
En 1989, el británico John Williamson publicó un artículo en el que se enumeraban una serie de medidas que debían estabilizar aquellas economías con fuertes deudas externas. Hoy lo conocemos como Consenso de Washington. Entre estas medidas se encontraban la privatización de servicios públicos, liberalización del mercado laboral, abrirse al comercio exterior y disminuir los requisitos para la inversión directa extranjera.
Alrededor del sector público se han generado numerosos casos de corrupción. Su conocimiento y su tratamiento en los medios están generando una percepción de impunidad que está erosionando un sistema democrático, ya bastante precario de origen. En un estudio realizado por David Hall titulado “Sobre la corrupción y la captura del Estado” (“ Dealing with corruption and state capture”) se explica muy claramente cómo se crean incentivos para que la corrupción aparezca.
Cuando se privatiza parte del sector público, se dejan de prestar ciertos servicios que pasan a manos privadas. En algunos casos se licitan pequeños monopolios que permiten unos beneficios seguros, como podría ser la gestión del agua en una localidad. Algunos de estos contratos suponen una entrada de dinero para la administración que lo privatiza por un tiempo que en algunos casos llega a los 20 años. El incentivo para participar en este proceso es muy grande para cualquier empresario, lo que lleva a prácticas no demasiado éticas e incluso, ilegales.
Otro caso sería el de la externalización de servicios. Muchos negocios han estado funcionando gracias a que algunos trabajos que antes realizaba la administración ahora los subcontrata a empresas privadas bajo el paraguas de la eficiencia de gasto. En estos casos un menor gasto público es posible gracias a la desregulación del mercado laboral. Las empresas participan con ofertas competitivas gracias a las malas condiciones, pero legales, de trabajo de sus empleados. Se han cambiado funcionarios con derechos por empleados con derechos mermados.
En cuanto a las grandes obras públicas, las empresas que se dedican a este sector han tenido que afrontar unos elevados costes fijos para poder competir en el sector, lo que las lleva a luchar por estos contratos con virulencia y con muchos incentivos a pagar comisiones para conseguirlos.
Estos asuntos nos conducen a lo que se conoce como “captura del Estado”. Es la Gran Corrupción, la que se da entre las élites empresariales y políticas. Puede incluir tanto redes clientelares como pago esporádico de sobornos, lo que haga falta para la obtención de esos contratos. Pero, ¿y si se puede influir en la legislación para que el supuesto “gobierno de la mayoría” acabe beneficiando a sólo unos pocos? En este punto se hace obligada la diferencia entre lo que es el trabajo, legítimo, de los grupos de presión en democracias pluralistas y lo que es corrupción. La corrupción aparece cuando se juntan dos necesidades, la de financiación de los partidos políticos que sustentan el poder legislativo, y la de influencia en este proceso, por parte de grandes empresarios. Lo más interesante de este tipo de corrupción es que mediante esta influencia lo que se consigue es hacer legal comportamientos poco éticos para la mayoría.
El sistema acostumbra a echar la culpa a la sociedad. Nos dicen que los españoles somos por esencia corruptos, como los demás países mediterráneos. Pero antes lo fueron en Latinoamérica, también en Asia, en África. Allí por donde ha pasado el rodillo neoliberal ha aparecido una sociedad corrupta. ¿No es demasiada coincidencia? En mi opinión las sociedades corruptas dan lugar a pequeñas corruptelas, pero la Gran Corrupción tiene que ver con los perversos incentivos que el propio sistema ha creado para su propia reproducción.
Las soluciones que se proponen para este tipo de corrupción pasan inexcusablemente por desactivar esos incentivos. En nuestro país se está trabajando en la línea de la transparencia en la administración con la Ley 19/2013 de Transparencia, Acceso a la información y Buen Gobierno, que con muchas limitaciones ha supuesto un avance. También se ha modificado la Ley de financiación de partidos ( Ley 5/2012) con la que se endurecen las condiciones para el acceso a ciertos créditos, así como se pone límite a su condonación. Se introdujo una enmienda en el Código Penal, en el que no sin pocas lagunas jurídicas, se creaba el delito de corrupción privada ( Ley 5/2010).
A pesar de todo lo dicho, parece insuficiente para lograr erradicar este problema. Hay que exigir un mayor compromiso por parte empresarial. No sólo sirve decir que se está en contra de la corrupción sino que hay que ser proactivo en su lucha y la transparencia de información relacionada es muy importante. Según el estudio de la información que aparece en las memorias de sostenibilidad que publican las empresas del IBEX35, elaborado por el Observatorio de RSC, la calidad referida a este tema es pésima (1.11 sobre 4).
La sociedad debe también tomar cartas en la resolución de este problema. Un pequeño paso se ha dado el pasado 24 de mayo con la penalización en las urnas a los partidos salpicados por la corrupción. Pero se debe exigir también a las empresas, ya que a falta de legislación, sólo responderán a la exigencia de más y mejor información si perciben la presión ciudadana. Nada cambiará si esperamos que otro lo cambie.

jueves, 11 de junio de 2015

Johann Rupert, el multimillonario dueño de la compañía suiza Richemont, cuyas 20 marcas incluyen Cartier o Montblanc, ha ofrecido unas interesantes declaraciones desde Mónaco, donde reconoce que la brecha entre clases sociales va a seguir aumentando y que se desatarán la "envidia, el odio y una guerra social".
Rupert, cuya fortuna supera los 7.500 millones de dólares, deja claro que los ricos y multimillonarios están "destruyendo la clase media y, a estas alturas, acabará por afectarnos". Durante sus declaraciones en un Foro sobre el Negocio del Lujo organizado por el Financial Times, este empresario, de origen sudafricano, pone de manifiesto que "no podemos tener al 0,1% del 0,1% de la población beneficiándose de todo el botín", dijo al mismo tiempo que reconoció que "es injusto y no es sostenible".
El presidente de Richemont, quien no llegó a graduarse en la universidad y cuyo padre generó una gran fortuna gracias a Rembrandt Tobacco Corporation, ha criticado en otras ocasiones el panorama Rupert, el oso por su particular pesimismo sobre la economía, este multimillonario de 65 años de edad suele refiere a sí mismo como una "prostituta reformada", después de haber pasado una década trabajando como banquero de inversión.
social que afecta a los países y economías de todo el planeta. Apodado como
En esta ocasión, Rupert ha afirmado que el daño colateral de la crisis financiera que comenzó en 2008 aún está por llegar. "Estamos ante un gran cambio en la sociedad", manifestó, y añadió que "hay que acostumbrarse a él y estar preparados". Según explica, los avances en tecnología no van a contribuir a zanjar el acuciante problema global del desempleo. La pobreza y las desigualdades que esto conlleva acentuarán los conflictos sociales y, en cuanto a lo que a él le afecta de forma directa, complicarán la venta de artículos de lujo. "¿Cómo va manejar la sociedad al paro estructural y a la envidia, el odio y a los enfrentamientos sociales?", se ha preguntado.


Leer más:  Johann Rupert, dueño de Cartier: "Estamos destruyendo la clase media y eso es insostenible" - elEconomista.es  http://www.eleconomista.es/economia/noticias/6776195/06/15/El-multimillonario-dueno-de-Cartier-Estamos-destruyendo-la-clase-media-y-eso-es-insostenible.html#Kku8BNd7NTqRJTi9

jueves, 4 de junio de 2015

La mentira del dinero.


A mediados del siglo 20 la mayor parte de los países abandonaron el sistema por el cual todo el dinero acuñado estaba respaldado por oro o plata. De esta forma la cantidad de dinero que un país tenía en circulación era una indicación de las riquezas que tenía almacenadas en sus arcas. Pero después del “Nixon Shock” y el “Smithsonian Agreement” el dinero ya no tiene riquezas que lo respalden. En vez de eso le hemos dado a un grupo de “familias” la potestad de controlar el dinero.

Cuando oímos hablar del “Federal Reserve Bank” o del  Banco Central Europeo nos parece que se habla de instituciones públicas encargadas de velar por el sistema monetario de los países, pero nada más lejos de la verdad. Estas entidades son privadas pero tienen la potestad de imprimir dinero.

Funciona así. Supongamos que EE.UU. necesita 100 millones de dólares. Entonces le comunica al Banco de la Reserva Federal su necesidad y estos señores imprimen la cantidad requerida y se lo envían al Departamento del Tesoro de EE.UU. con una nota de deuda a la cual asignan un interés. Es decir que estos señores tienen la caradura de cobrar un interés por dinero que no es más que papel y que si fuera impreso en cualquier otra imprenta tendría un coste muy inferior. La deuda del país es entonces una obligación de devolver todo el dinero que les han entregado más un interés por usarlo. Es decir el dinero sale de la nada, no está respaldado por riqueza y los señores que lo crean son los dueños de toda la riqueza del país. Cuando España se apuntó a este sistema, entrego de facto su riqueza a los señores del Banco Central Europeo. Esto es lo mismo que entregar su soberanía.



Pero por si esto no fuera suficiente tenemos entre nosotros otras entidades que crean dinero constantemente. Los Bancos, que tampoco son entidades públicas, cuando reciben un depósito de sus clientes pueden multiplicar por 100 la cantidad  recibida. Es decir que si yo llevo al banco 1000 €, ahora el banco puede prestarle con esos mil euros míos 100,000€ a una persona para que se compre por ejemplo un piso. ¿De dónde salen los 99,000€? de la nada. Ese dinero lo ha creado el banco. La persona que lo ha pedido prestado tendrá que devolverlo con interés claro está.


Es un negocio redondo. Que nos dejen a los ciudadanos de a pie hacer negocios así y no habría pobres. Porque la pobreza en realidad no es real. Se la han inventado como se han inventado el dinero. Pero eso es algo de lo que hablaré otro día. 

miércoles, 3 de junio de 2015

Un sistema abocado al fracaso.


El capitalismo neoliberal se presenta como el sistema por excelencia, y es vendido como la mejor y más justa forma de entender y tomar decisiones económicas. Sin embargo en su paradigma se ignora que es totalmente insostenible y que nos aboca a un mundo estéril con recursos agotados y polarizado en una mayoría que vive en la pobreza y una pequeña minoría en la que reside todo el poder.

Digo que es insostenible porque su funcionamiento se basa en el consumismo desenfrenado. Para ello los productos son fabricados con deficiencias técnicas o con una fecha en la que dejarán de funcionar. No se puede mantener una fábrica de bombillas si las bombilla duran 50 años, lo cual sería posible. Por lo tanto los productos con una muerte prematura programada se acumulan poco a poco en vertederos contaminando de forma insensata este planeta nuestro que es nuestro único hogar y al mismo tiempo agotando los recursos limitados.


Tampoco es sostenible desde el punto de vista del equilibrio del mercado. Equilibrio que se establece entre productores o empresas que generan los productos y consumidores. El grupo de consumidores  para serlo han de obtener recursos (dinero) mediante su trabajo. Este sistema alcanzaba un equilibrio a nivel local en el siglo pasado pero cada vez más hemos visto como en los países desarrollados las empresas han abandonado su actividad productora migrando ésta a áreas de mayor pobreza en busca de mano de obra más barata y abandonando a los consumidores que ven como sus posibilidades de obtener recursos con su trabajo se hacen cada vez menores.


Pero no es sólo la migración de los puestos de trabajo a países en los que la esclavitud infantil provee a las empresas con la posibilidad de mayores beneficios lo que nos presenta el panorama. Uno podría alegar que eso sería una circunstancia temporal ya que estos países pasarían en poco tiempo a revindicar los derechos del trabajador y pasar a ser países desarrollados equiparando así la riqueza y distribuyéndola de forma más justa y equitativa por todo el mundo. Esto, claro,  no es cierto porque la riqueza la acumulan los fabricantes y nunca los trabajadores y la brecha entre ambos es cada vez mayor. Pero más allá de esa redistribución tenemos que tener en cuenta que con las nuevas tecnologías el trabajador se ha hecho obsoleto. Hoy no se necesitan miles de trabajadores para construir miles de coches. Lo que se necesitan son robots que se pueden arreglar a sí mismos y un equipo muy pequeño de humanos que los programen.

¿Cómo se mantendrá el sistema cuando no haya consumidores? ¿A dónde vamos con estás políticas neoliberales? ¿Quién guía esta sociedad que sufre de tanta miopía? ¿En serio nos parece bien tener un sistema que nos propone pan para hoy y hambre para mañana, o peor que hambre destrucción? ¿Estarán las gentes de este mundo dispuestas a aguantar tanta insensatez antes de decir “basta ya” y sublevarse? ¿En verdad queremos llegar a una lucha armada por el poder?


Un sistema distinto es posible. En este blog pretendo abrir un espacio para la investigación de alternativas que funcionen. Nos puede dar miedo el cambio que se tiene que llevar a cabo, pero si lo pensamos un poco, nos tiene que aterrorizar seguir por este camino.